
Nubarrones. Negros,
Como la noche oscura,
Van devorando el cielo
Y me llenan de locura.
Agua. Monstruosa,
Que arrasa campos
Ruda, majestuosa,
Formando brazos.
Brazos de lodo
Que no dejan crecer
Hierba, vida,
Ni nada florecer.
¿Qué pasó en tu interior?
¿Qué ha sido de ti?
Todo pasado fue mejor
Que éste presente baladí.
Es otoño en tu corazón
Y tu amor se marchita;
Como inerte verderón
Que nunca más levita.
Y aunque adoro el color
de las hojas caducas,
Y el especial olor
Del rocío y la lluvia,
Nada puedo hacer
Si tu otoño no deja
Que mi dulce querer
Abrir pueda tu reja.
Así que, mi amor, descansa,
Con tus hojas y tu lluvia,
Sobre una cama de agua,
Lodo, nubes y furia.
Que yo sé que no te gusta
El otoño con sus cosas,
Ni los lindos días de lluvia
Ni el crujir del manto de hojas.
Pero es otoño en tu interior,
Y cierras la reja tan fuerte,
Que no pasa ni el calor,
Ni tan siquiera la muerte.
Te invito a ver la belleza,
Del barro, del marrón,
Y a realizar la proeza
Y sanar tu corazón:
Ponle fin a ese ser
Que desde niño te atormenta
Pues no existe ningún monstruo
Que se esconda en la tormenta
Son tus recuerdos vividos
Que vuelven a lastimarte
Porque no están asumidos
Y quieren descolocarte.
Déjalos ir.
No hay ningún monstruo.
Déjalos ir.
Sólo el otoño.
Para participar en el Concurso de Poesía de Otoño, El Club de los Poetas Vivos. ZENDA.
#otoño
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