Caminando cual perro
abandonado en la calle,
así mendigo tus besos
sin que el aliento me falle.
Tú que todo me diste,
tanto cariño y ternura,
me privaste de tus besos
y me sumí en la amargura.
Ahora por las cunetas
camino sucio y mojado,
como un perro callejero
que antaño fue agasajado;
con abrazos, con cariño,
con amor y con ternura;
me despertabas al alba
siendo pasión y locura.
¿Qué pasó entonces, mi bien?
¿Por qué me quitaste todo?
Yo esperaba como un perro
que pasa su día solo,
con ilusión que al volver
un solo beso dejaras
caer sobre mis labios
resucitando mis alas.
Pero en lugar de eso
me restringes el sustento,
y yo solo en la cuneta,
no encuentro más alimento
que el recuerdo de unos besos
que fueron mi vida entera,
el aire que respiraba
y la mejor primavera.
Yo seguiré esperando,
con la lluvia, en la cuneta,
a que vuelvas a por mí,
con la sonrisa repleta,
de aquello que una vez fue
el despertar a la vida,
el cambiar la mía por ti,
sin pensar en la salida.
Precioso, Vanessa.
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¡Muchas gracias Jon! Un abrazo.
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Me viene el recuerdo de otro perro callejero….
Era un perro callejero
No tenía más que venas
Dicen que murió hace tiempo
Entodavía lo tengo ceeerca
Su padre lo conocía
Solo a medias y decía
Que su hijo era un mal bicho
Y ni la vida merecíaaaa
Nada que ver con el tuyo, Vanessa, pero la fibra que toca los sentimientos se activa de forma inesperada 😉
Me gusta cómo escribes
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¡Muchísimas gracias! Son muy gratificantes tus palabras. Un saludo 😊
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